jueves, 19 de mayo de 2011

Postales del superclásico

Ya se fue otra edición del clásico más apasionante del país, esta vez en su escenario más vibrante, La Bombonera. Como todos saben el resultado fue 2-0 para Boca y dejó a River al borde del abismo esperando el resultado de Olimpo.

Previa muy colorida como siempre, especulaciones de los 2 lados, siempre pensando en la situación que esta viviendo River, pelear por la permanencia. Pero vamos al partido,  este tuvo 4 personajes principales en su historia. En el comienzo “el millo” fue más, domino la pelota y domino al rival, sin profundidad es cierto, pero con mucho criterio a la hora de manejar la redonda, con Lamela como estandarte.

Me es inevitable no hablar del árbitro en este encuentro, el primer protagonista. Definitivamente cambio la trayectoria del encuentro, los repetidos penales de Caruzzo agregados a los de Somoza e Insaurralde a Funes Mori fueron muy claros, sin embargo no voy a entrar en esa polémica, como dice el viejo refrán, “una imagen vale más que mil palabras” y esta no es la excepción. Como dije antes el señor Loustau fue decisivo en el match, el y sus asistentes que además de marcar el offside pueden señalar infracciones o al menos marcarle al juez a través del intercomunicador  las recurrentes faltas en el área.

Volviendo al fútbol, con el correr de los minutos River se fue desdibujando, Erik cada vez encontraba menos socios, quedo a la vista el claro error e inentendible decisión de J.J de incluir entre los titulares a Funes Mori y excluir a Bounanotte de los concentrados, aunque es muy fácil decirlo con el diario del lunes.

Llego el minuto 27´, minuto fatídico para La banda, inexplicable error de Carrizo (2º protagonista) puso el encuentro 1-0 a favor de Boca y comenzó a definir el pleito. La figura de los de Núñez en el torneo se había equivocado y feo, el equipo lo sintió y no pudo recuperarse.

Punto aparte merece el  tercer personaje pero el  más importante del partido, Martín Palermo señores. Critica para el guionista de su película, se caía de maduro que en su último superclásico el titán iba a marcar un gol y así fue. Minuto 30 del partido, el loco convirtió, cuando no, de cabeza, en el área chica por encima del arquero, algo que no lo hace cualquiera.  Punto final para el partido, River no pudo hacer frente a esta situación adversa y el partido termino ahí. El primer tiempo termino como si nada y comenzó el segundo, con la visita otra vez en el campo rival intentando e intentando pero otra vez volvió a mostrar su máximo déficit en el torneo, la falta de peso ofensivo, la falta de gol. Corría el tiempo y el resultado no cambiaba, River se desesperaba y se topaba con Luchetti y con una defensa que se iba solidificando a medida que el reloj se acercaba al minuto 90.

Durante este periodo apareció el último actor de esta novela. Matías Jesús Almeyda. Totalmente inentendible su reacción, me dirán “en caliente uno reacciona de cualquier manera” Pero el único perjudicado ante su actitud fue River, dueño de la misma camiseta que el beso. El millo ahora tiene que enfrentarse a San Lorenzo e ir a jugar una final en Bahía Blanca sin su líder dentro del campo de juego. El fútbol ya hace rato que no es para guapos por lo tanto señor Almeyda, dedíquese a jugar que usted de eso sabe y mucho.

Pitido final, vencedor Boca juniors, ¿justo ganador? Si, el xeneize a pesar de los fallos arbitrales y de no ser un equipo lúcido ni mucho menos (jugo uno de sus peores partidos), gano bien, ya que River no hizo meritos para salir ganador. Postales de un superclásico que en el juego, de súper no tuvo mucho, pero que por toda la previa, situaciones dentro de la cancha y repercusiones volvió a mostrar porque es el clásico más apasionante del país y uno de los más pasionales del mundo.